Cuando hablamos de estos incómodos bichitos, lo primero que hacemos es rascarnos la cabeza. Nos los imaginamos entre nuestro cabello y no podemos evitar ponernos nerviosos, pero primero, hay que mantener la calma.
Los piojos son más comunes de los que nos pensamos, aunque por lo general suele ser un tema tabú del que no nos gusta hablar demasiado. Pero comienza la primavera y hay que aumentar las precauciones. 
Está comprobado que cuando llega el calor, el contagio de piojos aumenta un 80%. La explicación se encuentra en que los piojos buscan el calor para reproducirse, y en primavera y verano este proceso se acelera. Otra de las razones también se encuentra en las actividades que realizamos cuando comienza el buen tiempo como campamentos, playas, colonias de vacaciones, lugares donde la probabilidad de contagio es más alta.
Por mucho que nos cueste reconocerlo, los piojos son un problema social habitual. Tanto es así que, junto con el resfriado común, es una de las enfermedades más contagiosas, según la Asociación Española de Pediatría. Los piojos, no obstante, no son exclusivos de los niños. Estos pequeños insectos no entienden ni de edades, ni de clases sociales. Aunque es cierto que los niños, son los más susceptibles de infestación y las probabilidades decrecen con la edad debido a los cambios de conductas y las formas de relacionarnos.
Si su hijo/a tiene piojos o cree que es posible el contagio, no dude en hacerse con un kit antipiojos. Mitigal está compuesto por una loción para impregnar el cabello y dejar actuar durante 10 o 15 minutos y un champú para lavarlo en profundiad. Por último debe pasar la lendrera para retirar los piojos y liendres muertas.
