¿Qué son?

Los piojos son unos insectos que viven exclusivamente en el ser humano. Hay tres especies diferentes de piojos que viven en lugares diferentes del cuerpo.

• Pediculus capitis (piojo de la cabeza).

• Pediculus corporis (piojo del cuerpo).

• Pediculus pubis (piojo del pubis).

Cada especie tiene su propia forma y tamaño, vive en una zona del cuerpo distinta, pero todos se alimentan de sangre humana y dependen de nuestro cuerpo para obtener calor y humedad. No pueden vivir fuera de las personas más que un corto espacio de tiempo.

El piojo de la cabeza es un insecto que vive entre los cabellos. Tiene de 2 a 4 mm de longitud, es de color grisáceo, sin alas. Se alimenta de sangre que chupa de la piel de la cabeza cuando pica a las personas.  Se reproduce rápidamente: cada hembra pone de cien a trescientos huevos, llamados liendres, que son de color blanco y están fuertemente adheridos a la base del cabello. Son necesarios de 7 a 10 días para que se incube el huevo y se desarrolle la larva.

Dado que no salta ni vuela se trasmite por contacto directo  entre las cabezas de los niños cuando estos juegan. No los trasmiten los animales domésticos ni el polvo. Sí pueden trasmitirse mediante el uso compartido de peines, cepillos, gorros, toallas, ropa de cama, etc.

La infestación producida por los piojos recibe el nombre de pediculosis. Su síntoma principal es el picor del cuero cabelludo, ocasionado por la irritación de la saliva que el insecto deposita en la pequeña herida de la picadura. La irritación puede ser tan intensa que, al rascarse, se pueden producir rasguños en la piel e infecciones bacterianas.

La pediculosis es endémica en España, los niños en edad escolar son los mas afectados. Los piojos no transmiten enfermedades y no presentan en sí mismos ningún riesgo para la salud pública, pero producen gran alarma en las familias que los padecen.

La pediculosis es corriente en escolares, sea cual sea su nivel social, tal vez porque los niños en esas edades pasan mucho tiempo jugando y juntan sus cabezas en sus juegos. Los adultos no son propensos, actualmente, a la infestación. En éstos, aunque se localizan principalmente en la cabeza, en algunos casos pueden afectar a cejas, pestañas y barba.

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